Islandia 🇮🇸 XXX. En la tierra de fuego 🔥 y hielo ❄️. Fiordos del Norte. Hauganes y el tiburón putrefacto.

 Hauganes es un pequeño pueblo en el fiordo Eyjafjördur, el fiordo más grande Islandia.

A simple vista es un simple pueblo pesquero, sin mayor encanto que el de encontrarse en este fiordo. 

Lo que me ha llevado a dedicarle una entrada son varias cosas:

La primera es su situación geográfica para el avistamiento de ballenas (en la próxima entrada os contaré todos los detalles sobre esta excursión).

La segunda es mi vena antropológica y en este pueblo he encontrado un enorme filón.

Y la tercera,  el secadero que se encuentra aquí y la prueba del pescado putrefacto, la cual me lleva al punto dos y conectarlo con la segunda de mis pasiones, la antropología.

Mi pregunta es: ¿Cómo los islandeses llegaron al punto de comer tiburón podrido?, o si preferís llamarlo "Hákarl", como se le conoce en Islandia.

Visto desde un punto de vista antropológico (deformación profesional o aspirante a ello) podría decirse que este plato de pescado podrido sería vikingo.

Los vikingos tenían fama de ser fieros, se reían de sus penurias  y eran capaces de resistir cualquier dolor extremo, dicho esto, no me extrañaría nada que fuesen ellos los que aportaron este plato a la cocina islandesa. 

Pero no fue así. A los islandeses no les gusta que se les confundan con sus congéneres fornidos de barbas pelirrojas, y razón no les falta, ya que los islandeses descienden de granjeros noruegos que llegaron a esta tierra de fuego y hielo huyendo de los vikingos.

Y fueron estos primeros pobladores los que comenzaron a comer este pestilente taco de tiburón podrido.  La razón es sencilla, el hambre.

Los primeros escandinavos llegaron a Islandia en el año 871. Después de talar los bosques para construir sus viviendas y canoas,  se dieron cuenta que los árboles no volvían a crecer, debido a que las ovejas se comían las semillas y las hojas. Sin vegetación el suelo comenzó a erosionarse. Lejos de Europa, la sociedad islandesa comenzó a estar en una constante hambruna. Fue esto lo que los obligó a comer cualquier cosa. A falta de madera, utilizaban abono para hacer fuego y cocinar los alimentos. 

Jesse  Byock profesor de la universidad de California, autor del libro "La edad de los vikingos en Islandia",  colaborador en varios ocasiones para la BBC, en series históricas sobre las sagas y los vikingos y especialista en estudios relacionados sobre el Atlántico Norte, los vikingos y la Islandia medieval. 

Este profesor que ha recibido innumerables premios por sus trabajos, relata en uno de sus estudios, cómo llegaron los islandeses a comer el putrefacto tiburón.

Cito textualmente las palabras de Byock: "Supongamos que hay una tormenta y aparece una ballena muerta en la costa, que tras cierto tiempo explota debido a los gases que lleva dentro y deja regada la playa de pedazos de carne, ¿qué haces? Pues primero te matas con los otros para conseguir los pedazos y después te consigues varios barriles de suero amargo y los llenas con pedazos de ballena"

Desde luego hoy en día, ya no comen ballena en la playa, pero tiene mucho sentido lo que hacían. La carne de tiburón es tóxica por su alto contenido en urea, puede producir efectos nocivos en la piel, ojos y a nivel del aparato digestivo. 

Pero si la dejas pudrir se convierte en una rica fuente de proteínas y no necesitas tener ningún conservante para conservarla, valga la redundancia, si ya está podrida para qué conservar. 

Esto es lo que salvó a muchos islandeses de morir. Este sabor desagradable marcó el límite entre la vida y la muerte.

¿Y por qué siguen comiendo este pestilente plato? Pues simplemente por tradición. Los islandeses no quieren olvidar su pasado, y en sus tradiciones encuentran la conexión con su pasado escandinavo. Cada Navidad y cada Porri se reúnen para comer sus platos tradicionales. 

El banquete Porri es un festival que se celebra  en enero y febrero, reuniendo a familiares y amigos a comer delicatessen de la cocina tradicional islandesa.

Data de la Edad Media, es una de las tradiciones más antiguas de Islandia. En esta celebración los alimentos más preciados son los que se salaban, ahumaban, enterraban o fermentaban, entre estos están, los testículos agrios de carnero, cabezas de oveja cocidas o el tiburón fermentado. 

Comer estos platos es símbolo de fuerza en la cultura islandesa, no obstante incluso los más fuertes precisan la ayuda del Brennivín (licor casero islandés) para ayudar a digerir estos alimentos.

Esta entrada debería estar en mi sección  "Aspirante a antropóloga", tal vez la incluya más adelante, pero en estos momentos forma parte de este asombroso viaje.

Os espero en la siguiente entrada de "Más allá de tu ciudad" Nos iremos de excursión avistando ballenas.

✍🏼 Texto y 📷 fotografías :María Carrión.