Templo de Isis en la isla de Philae.

Todo el mundo sabe el inmenso patrimonio con el que cuenta Egipto, sus templos, sus pirámides, y un largo etc, prácticamente toda esta herencia se desarrolla a lo largo del Nilo, el segundo río más largo del mundo, con 6650 Km. de longitud, atraviesa nada más y nada menos que diez países, desembocando en el Mediterráneo y formando el gran delta del Nilo.

El río nace en Burundi, y se ramifica en dos fuentes principales: Nilo Blanco y Nilo Azul, el primero atraviesa los grandes lagos de África y fluye hacia el norte por Tanzania, Uganda, Sudán del Sur y Sudán, mientras que el segundo, lo hace en Etiopía y cruza el sudeste de Sudán, ambos se unen en Jartum para seguir hasta el delta del Nilo donde se sitúan El Cairo y Alejandría.

La mayor parte de la población de Egipto, exceptuando unas pocas, se encuentran a lo largo del valle del Nilo, norte de Asuán. Las ciudades, poblaciones, templos, se han construido en sus riberas, ya que la civilización de esta parte norte ha dependido del río desde hace miles de años.

Debido al aumento repentino del caudal del río, se proyectó en 1956, una faraónica construcción para terminar con estas usuales inundaciones, la Presa de Asuán que terminó en 1970, con la ayuda del gobierno soviético. 

En realidad hubo muchos intereses políticos, ya que EEUU había retirado su apoyo al proyecto, Gamal Abdel Nasser (presidente de Egipto en esos años), aprovechó una maniobra política durante la Guerra fría, y fue la Unión Soviética quien patrocinó un tercio del coste total de la construcción, pero en esta obra titánica participaron hasta 52 países. 

Aunque cargada de polémica, esta infraestructura evitó las inundaciones anuales, pero supuso también la creación de un inmenso lago que dejaría sumergidas muchas tierras.


Sin lugar a dudas, lo que más impactó al mundo fue la ayuda para salvar los templos egipcios que se encontraban a orillas del Nilo y que quedarían sumergidos bajo las aguas del embalse. 


Esta historia, en realidad fue una lucha de poder, un éxodo que llevo a miles de personas a trabajar contra reloj, en medio de la Guerra Fría, para salvar monumentos de 4.000 años de antigüedad.

En 1954, el militar egipcio Gamal Abdel Nasser, subió al poder tras un golpe de estado, derrocando al Rey Faruk, de esta manera se convirtió en el primer egipcio en gobernar Egipto desde el S. VI a.C. 

El 98% de Egipto es todo desierto, solo las márgenes del Nilo son fértiles, prácticamente toda la población se sitúa a orillas del río. 

Una presa aseguraría el agua para todo el año, evitara los estragos de las crecidas, y permitiría la llegada de la electricidad a todas estas poblaciones, que carecían de ella, al margen de que podría cambiar la historia del país. 

Tras el Holocausto, Alemania pagó a Israel una considerable cantidad de dinero. Este hecho causó gran tensión y protestas en los países árabes y en compensación los alemanes mandaron ingenieros y asesoraron el proyecto de la construcción de la presa, esta fase tardó dos años. 

Con el proyecto en marcha, Nasser acudió al Banco Mundial para buscar financiación, estos se lo tomaron con mucha calma, ya que tardaron dos años más en aceptar y con muchas condiciones al acuerdo. 

En este tiempo la tensión entre Egipto e Israel por la península de Sinaí estaba en su punto más álgido, hasta que al final Egipto declaró la guerra a Israel, recurriendo a Occidente para que le vendiese armamento, que estos se negaron.

Ante esta negativa decidió pedir el armamento a la URSS. Todo esto sumado a que Egipto había reconocido a China como comunista, enfadó mucho a Occidente y cuando aceptaron la oferta del Banco Mundial, estos se la rechazaron, con lo que no les quedó más remedio que aceptar la oferta de la URSS, con un préstamo de 1.120 millones de dólares al 2% de intereses. 

Para financiar esta mega construcción Nasser nacionalizó el Canal de Suez en manos francesas e inglesas, lo que causó la invasión de estos dos países en Israel. En este conflicto tuvo que intervenir la ONU y a principios de 1957, las tropas se retiraron, pero Egipto consiguió su financiación.

La presa se tardó diez años en construir, con un coste de 1.000 millones de dólares de aquella época, trabajaron 25. 000 egipcios y se estima que murieron alrededor de 1.000 trabajadores durante su construcción. 

Esta infraestructura se ha convertido en el objetivo militar estratégico del país, situada en una de las zonas más convulsivas del planeta, lo que hace que esté continuamente custodiada.

Ante los beneficios de la presa, también hubo efectos negativos, el poblado nubio fue uno de los más perjudicados, más de 50.000 Nubios tuvieron que ser reubicados en otra zona del país. Hoy en día, hablando con las personas más mayores de estos poblados, se siente en sus palabras las heridas de este traslado forzoso. 

Fueron los egiptólogos de medio mundo, los que empezaron a dar la voz de alarma sobre el peligro que corrían algunos de los monumentos más antiguos del mundo y que quedarían irremediablemente sumergidos bajo las aguas de la presa.
 
Paralelamente a la construcción de la presa, se comenzó otra titánica empresa, salvar todos los monumentos que se pudiese,  no solo los conocidos, sino también otros que estaban por descubrir,  y que
, a raíz de esto fueron descubiertos. 

No se trataba de trasladar muebles u objetos, sino templos faraónicos. Hubo varias propuestas, pero al final todas ellas quedaron en sólo proyectos sin ejecutar. 

La única alternativa que se llevó a cabo, fue la de cortarlos en trozos de no más de 30 toneladas y trasladarlos fuera del alcance del agua. Incluso trasladaron una montaña entera, como en el caso de Abu Simbel.

Con un coste de 36 millones de dólares de aquella  época, que el mayor grueso del dinero se fue principalmente para tres de los templos más grandes: Kalabsha, Philae y Abu Simbel. 

            
En esta entrada os hablaré del Templo de Isis* en la isla de Philae, que afortunadamente para que no quedase inundada debido a la construcción de la presa, reubicaron piedra a piedra, 50.000 en total, es una isla cercana, Agilkia, donde se encuentra en la actualidad. 

             
La construcción de este templo comenzó durante el reinado de Ptolomeo II, y está dedicado a Isis, Osiris y Horus. Las paredes del templo contienen escenas de la mitología egipcia de Isis devolviendo la vida a Osiris,  dando a luz a Horus y momificando a Osiris después de su muerte. 
Toda la isla fue consagrada a la diosa Isis, hay otros pequeños templos o santuarios dedicados a deidades egipcias incluyendo un templo a Imhotep, Hathor y capillas de Osiris, Horus y Neftis. 


Los obeliscos frente al templo fueron retirados en 1918 por  el cónsul británico Henry Salt y su asistente Gionvanni Belzoni, ahora se encuentran en el jardín de Dorset en Inglaterra.

Texto y fotografías: María Carrión

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Isis* Es una de las principales diosas de la religión del Antiguo Egipto. Aparece por primera vez durante el Imperio Antiguo (c. 2686-2181 a. C.) como uno de los principales personajes del  mito de Osiris, en el que resucita a su esposo asesinado, el rey Osiris, y engendra y protege a su heredero, Horus. Se creía que ayudaba a los muertos a entrar en la otra vida como había ayudado a Osiris y se la consideraba la madre divina del faraón. Su ayuda materna fue invocada en encantamientos de curación para beneficiar a la gente común. 


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