CONOCIENDO BROOKLYN


Brooklyn:  más que un barrio, otra forma de vida


Además de ser el distrito más poblado, con 2.600.000 habitantes, Brooklyn es probablemente el segundo distrito más conocido de Nueva York por detrás de Manhattan.

Brooklyn Heights, vistas de Manhattan

Brooklyn ha sido el lugar de nacimiento de famosos artistas como Bárbara Streisand, Eddy Murphy, Cyndi Lauper, Jennifer Connelly y Woody Allen. Entre los deportistas más importantes merece la pena nombrar a Michael Jordan y Mike Tyson. 
Pero lo que más me sorprende de este barrio, es  sin duda alguna, su  parte judia. Pasear entre sus calles, recorrer todo este  barrio judio, es una sorpresa continua, te sorprenderá su cultura, su idioma, su religión, sus costumbres y por supuesto su estilo de vida.
 Una calle cerrada   al tráfico, de un extremo a otro, simplemente para que los niños jueguen durante su recreo escolar. Colegios masculinos y colegios femeninos, separados, para que no se puedan mezclar.  A los tres años, los niños haredim o hasidim  (son conceptos muy similares pero todos son ultraortodoxos) empiezan a dejar crecer los payos (tirabuzones laterales) y a usar el tzitzit y la kippah, un pequeño casquete redondo que cubre parte de su cabeza.


Con mucho cuidado, y haciendo fotos a escondidas, recorremos este peculiar barrio, con la contínua sensación de estar anclados en el siglo pasado. Nos sorprende, que en pleno S. XXI, donde la tecnología nos controla, existan culturas tan arcaicas, arraigadas a su pasado.




Rejas en ventanas y puertas, para que nadie traspase su intimidad. Los ultraortodoxos tienen sus propias escuelas, sus centros de salud y sus sociedades de préstamo gratuito.  Los autobuses escolares, son diferentes del resto de Nueva York, mismo color,  pero con inscripciones en hebreo.  Y por si alguien se desvía, tienen a la  Shomrin,  patrullas del vecindario para vigilar posibles irregularidades en la conducta de algún miembro de la comunidad religiosa. La comunidad judía de Estados Unidos alcanza sólo un 2% de la población mientras que su representación parlamentaria es del 8%.














Las mujeres, una vez casadas tendrán relaciónes sexuales siempre sin preservativo. La semana que tienen la menstruación y la siguiente no pueden ser rozadas por sus maridos.  Una vez finalizado el sangrado la mujer debe sumergirse en un baño o mikvah antes de reanudar relaciones con su esposo. El mikvah se utiliza tradicionalmente para limpiar a una persona de las impurezas, es un ritual de purificación. Pero lo peor que le puede pasar a una mujer es quedarse soltera, ya que está condenada al ostracismo. No tener hijos se considera una catástrofe social. En ese caso el marido podrá divorciarse ya que se considera que su mujer "tiene el vientre cerrado".

Son la espina dorsal de la familia, pues paren de seis a siete hijos de media, se ocupan de la casa, del marido e incluso algunas trabajan dentro del barrio, la mayoría como maestras. Su formación es muy elemental. Mientras tanto, los hombres meditan, estudian la Torá y algunos de ellos se dedican al comercio del diamante en el East Side de Manhattan, negocio y cuyo centro de actuación está en el triángulo Nueva York-Jerusalén-Amberes.










.En los alrededores de la estación de tren de Brooklyn, estos judíos ultraortodoxos continúan regentando tiendas de productos kosher  (los alimentos tienen un cortado especial y no se pueden mezclan productos cárnicos con lácteos), hablando yidish y comportándose como habitantes de un gueto. Los sábados, fiesta del sabath, es un clásico ver a los hombres acompañados de sus hijos varones caminar hacia la sinagoga.


Miradas suspicaces hacia nosotros, nos sentimos como meros intrusos, alterando la intimidad de su vida cotidiana. Pero al mismo tiempo sentimos la curiosidad de indagar más sobre sus vidas. Recorrer este barrio es adentrarnos en un mundo de contrastes, cuesta creer que estas mujeres sean de nuestra misma época. Ellas, con ropas austeras, faldas por debajo de las rodillas, colores oscuros, todas vestidas igual; como si de un uniforme se tratara.  Una mujer no puede cantar delante de los hombres ni tampoco mezclar entre su ropa lino y algodón. De hecho, la empresa española Zara tuvo que pedir disculpas en 2007 a la comunidad ortodoxa judía por haber incurrido en lo que esta considera un grave pecado: mezclar algodón y lino en una misma prenda. Esta mixtura está terminantemente prohibida por el judaísmo, al ser considerada un "híbrido" que va contra natura. De acuerdo a esta interpretación religiosa, los hombres no deben tocar a una mujer ni sostener su mano, aunque sean de su propia familia, ya que les puede llevar a la excitación sexual.


Pero lo que más nos llama la atención: es su pelo, mejor dicho, la ausencia de pelo. Ya que las mujeres casadas se lo rapan, y cubren su cabeza con pelucas o tichel (pañuelos de diversos colores) Como me ha llamado mucho la atención este dato, me he puesto a investigar en la red, el motivo exacto del por qué se rapan el pelo.

La respuesta la he encontrado en la red, y despeja algunas dudas, que la mayoría de los mortales tenemos, aún así, tengo que decir, que es la respuesta de un hombre judio. Quiero hacer incapie en esto.
El siguiente párrafo es una respuesta de un judio, del motivo por el cual las mujeres se rapan el pelo.
He puesto en negrita y subrayado lo que creo que más llama la atención y he copiado el texto íntegro y literal.

No existe "religión judía ortodoxa". Existen judíos religiosos y judíos no religiosos. A los religiosos se nos suele añadir el apelativo de "ortodoxo" para diferenciar a los judíos que siguen estrictamente la Halajá (que proviene de la Toráh) de los judíos que no la siguen o que tienen su modo muy particular y muy respetable de seguir la religión judía (en el judaísmo la religión no hace al judío, el judío nace judío con independencia de la religión).
Dentro de los judíos religiosos u ortodoxos existe la idea, más cargada de misticismo y quizás, un poco de superstición, de que el cabello y en general el pelo de la carne, es la parte del cuerpo más sensible a los ojos y al tacto y a la sensaciones.
 cuando tenemos una emoción fuerte (un susto, una sorpresa, ira, enamoramiento, etc.) los vellos de los brazos (y en general del cuerpo) se erizan, debido a la adrenalina y a la dopamina. Por esta razón desde la antigüedad se considera que los cabellos y el vello del cuerpo son los primeros receptores emocionales. (Hoy día, como ya dije, se sabe que se debe a los neurotransmisores, pero hace 4,500 años no se sabía).
De este modo, se considera que ver el cabello de una mujer o el vello de un hombre (de sus brazos o pecho) puede alterar las emociones, es decir, producir atracción y sentimientos de amor. Por esta razón las mujeres casadas deben tener cubierto su cabello, mientras que los hombres casados su pecho y brazos.
Ahora bien, cada judería religiosa se las ingenió para cumplir este precepto llamado "mitzvot derabanán" o precepto rabínico, que no está implícitamente escrito en la Toráh.
En el caso de las juderías sefaraditas, basta que la mujer tenga su cabello lo más corto posible y cubierto, bien con un pañuelo, bien con un sombrero.
En las juderías ashkenazitas es igual. Sólo en las juderías jasídicas las mujeres se arreglan el cabello muy corto (algunas se lo cortan, otras se lo enrrollan) para colocarse una peluca, y encima, un sombrero.
La peluca al ser artificial, se supone que ya no produce sensaciones. Insisto: esto corresponde al misticismo judío, y no a lo explícitamente escrito en la Toráh. Es costumbre, y el judaísmo preserva sus costumbres.
Paradójicamente son las costumbres las que dan identidad al judaísmo: por ejemplo, la Kipáh o Yarmulke (que usarla no es un precepto de la Toráh) es símbolo del judaísmo religioso.
Usar las barbas largas y los rulos en las sienes (que son un símbolo del judaísmo) no son preceptos de la Toráh
.

Esta misma razón, de que los cabellos producen sensaciones, es la razón para dejarse las barbas largas: las barbas en la cara (que no tienen nada de atractivo ni estético) producen sensaciones al leer Toráh, por ejemplo.
Debajo de la peluca, las mujeres jasídicas NO están rapadas, sólo tienen su cabello corto, en algunos casos, y en otros lo tienen largo, pero se lo enrrollan para cubrirlo con la peluca.
En el judaísmo las mujeres no tienen obligación de cubrirse totalmente como en el islam.









✍🏼 María Carrión.
📷 María Carrión

Comentarios

  1. Que maravilla María, con tus fotografías y tu descripción del barrio judío de NY me has abierto una puerta que no podré cerrar, tengo que conocer en vivo esta ciudad y estas calles que tan bien describes. Mil gracias por este precioso Blog. Un beso

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